APROVECHAN RECURSOS, OBTIENEN GANANCIAS Y FRENAN DETERIORO FORESTAL EN AMANALCO

Amanalco,  Estado de México (6 noviembre 2011).- Mientras que el Parque Nacional Nevado de Toluca padece deforestación, presión urbana y descuido oficial, a tan sólo unos kilómetros de ahí, 11 ejidos organizados se han convertido en ejemplo de manejo sustentable de los bosques.

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La diferencia se nota a simple vista: de un lado, a las faldas del volcán, arbolado viejo y con plagas; del otro, un bosque joven, homogéneo y denso.

La conservación de los bosques en Amanalco no es producto de la casualidad.

Desde hace 25 años, la comunidad le apostó al aprovechamiento sustentable de sus recursos naturales.

Los terrenos ejidales cubiertos por bosques templados de oyamel y pino forman parte de la cuenca Amanalco-Valle de Bravo, una de las fuentes del sistema Cutzamala, el cual abastece de agua potable a Toluca y la zona metropolitana de la Ciudad de México.

En los últimos 50 años el área forestal, que cubría más de la mitad de la superficie de la cuenca, se redujo en 30 por ciento como producto de la tala ilegal, cuyo volumen llegó a duplicar el de la extracción legal.

Con la disminución de la superficie arbolada se redujo también la capacidad de captación de agua, que se reflejó en los niveles de la presa de Valle de Bravo.

En Amanalco, sin embargo, el deterioro ha sido frenado. Fernando Canto, coordinador operativo del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sustentable (CSMSS) para la cuenca, destaca que se ha logrado frenar la expansión agrícola en el municipio. La superficie forestal, detalla, se ha incrementado de 9 mil 500 a 11 mil hectáreas en las últimas dos décadas.

“Hemos regresado mil 500 hectáreas de zonas agropecuarias a su vocación forestal, pero lo más importante es que lo hemos hecho a través de la convicción de la gente, que hoy prefiere sembrar un bosque que maíz. Un ejemplo es San Miguel Tenextepec, donde toda la zona ejidal ha decidido convertirse en forestal“, apunta.

El manejo está basados en cuatro ejes: Aseguramiento de la cobertura vegetal existente; protección del bosque con obras de conservación de suelo, brechas cortafuegos y control de plagas; asegurar el aumento de las plantaciones y un proceso de selección de los árboles más débiles para permitir que se reproduzcan los mejores.

Gabino García Tepexpan, responsable técnico de la Ejecución de los Programas deManejo Forestal de la Unión de Ejidos de Emiliano Zapata, aseguró que los cuatro ejidos que colindan con el Parque Nacional Nevado de Toluca tienen la zona del parque en franco abandono.

“Se tienen diferencias abismales en términos, sociales, ambientales y económicos entre el Parque y los bosques manejados, porque a las comunidades dentro de la ANP no se les permite tocar el bosque y cada día se está degradando más”, alertó.

Aseguró que a las personas no les interesan esos bosques porque no representan ningún beneficio directo. Pocos se organizan para apagar los incendios o para combatir las plagas, realmente pocos hacen el saneamiento y si ven que se están robando los árboles, les da igual.

Para el prestador de servicios técnicos forestales el esquema que rige a las Áreas Naturales Protegidas (ANP) no está cumpliendo con los objetivos para los que fueron creadas, porque la mayoría de esas áreas no cuentan con planes de manejo que rigen las actividades de protección dentro de los bosques.

“Mientras los dueños de la tierra no vean un beneficio directo por la conservación, no les va a interesar cuidar el bosque y con el esquema dentro de las ANP que consiste en no tocar nada, sólo podrían funcionar si personal del gobierno las poblara y manejara, cosa que no ocurrirá”, advirtió.

Sostuvo que los bosques manejados por poblaciones tienen más beneficios ambientales que dentro de una ANP, porque ésas áreas se caracterizan por un fuerte menoscabo de sus ecosistemas, pues al envejecer cada vez más los árboles ya no capturan el mismo nivel de carbono que un bosque dinámico y en crecimiento.

“La ANP del Nevado de Toluca, no cumple con la protección, por eso estamos pugnando por su recategorización, pues se le ha invertido millones de pesos en reforestación, pero la falta de interés de las comunidades que son dueñas de la tierra, lo sume en el deterioro”, detalló.

‘Tenemos trabajo, no migramos’

De pie frente al tronco de al menos 70 años, Crisóforo Vega Esquivel no se inmuta cuando comienza a caer el árbol que cimbra el bosque al de tocar el suelo.

Con su motosierra en mano, sabe su oficio y reconoce que manipulando la motosierra se puede elegir el momento y la dirección previa para que el tronco se venza.

Como la mayor parte de sus compañeros, el olor del encino, del pino y el oyamel les es familiar, porque estos bosques forman parte de su herencia.

Gracias a su empleo temporal como fletero de madera ya hace 8 años que no se va a Estados Unidos como brasero y su actividad le permite mantener en la preparatoria a dos de sus hijos en Tampico, Tamaulipas.

“Si nosotros tenemos un trabajo aquí, no tenemos porqué irnos, por eso ni mis compadres ni yo ya hemos cruzado la frontera. Con un trabajo digno me quedo en mi tierra haciendo lo que me gusta”, expuso.

Se siente feliz porque en ésta última temporada con el aprovechamiento forestal le alcanzó para terminar de mandarle a su hijo el dinero para comprar una computadora.

Bromeando con sus compañeros, mueve un tronco que constituye dos veces su cuerpo para movilizarlo hasta su camioneta de fletes.

Cobra mil pesos por cada viaje al aserradero, de los cuáles sólo le quedan 600 por el pago de los peones y el diesel que gasta para las motosierras.

“Sabemos que estamos cuidando el agua y la vida de mucha gente, aunque allá en la ciudad no nos tomen en cuenta, nosotros sí hacemos algo por ellos”, subraya secándose el sudor con la camiseta.

Su amigo, Martín Santana Guzmán, ejidatario de El Potrero, es uno de los comuneros que han realizado la reconversión de su terreno, cuenta que hace 10 años sembraba maíz en sus 3.5 hectáreas y ahora dedica una sólo al manejo del bosque.

Reforma
6 noviembre 2011
Amanalco, Estado de México
Adriana Alatorre
http://www.reforma.com/medioambiente/articulo/632/1263659/

 


Publicado en: Aprovechamiento forestal comunitario